La fuerte caída de la coparticipación puso en alerta a los municipios y ya se habla de una fuerte reducción de gastos y hasta de sueldos
Este mes los recursos coparticipables que ingresan a las arcas municipales sufrió una fuerte caída que oscila entre el 30 y 35%, porcentaje que viene a sumarse al retroceso que también sufrieron el mes de marzo.
La situación es desesperante y en las últimas horas se armó un fuerte debate en un grupo de whatsapp que reúne a todos los Jefes Comunales de la provincia de Salta.
«Directamente el mes que viene yo no podré pagar sueldos», fue la queja generalizada de los mandatarios que esperaban una reducción pero no tan al extremo. «Es alevoso».
Ante la coyuntura ya empezaron a tejer hipótesis y posibles salidas para no tener que cerrar la Municipalidad en un momento crucial donde la salud de la población se debate ante la amenaza del coronavirus y el dengue.
Hay quienes ya proponen como primera medida pedir al gobernador Gustavo Sáenz, que en el marco de esta crisis total anule los acuerdos de aumento salarial pactado con los gremios que representan a los empleados públicos provinciales.
Es que con esos aumentos los gremios municipales empezaron a transitar los despachos de los intendentes exigiendo la misma actualización salarial para sus representados, algo que antes se veía complicado y hoy ya parece algo totalmente descabellado porque la cruda realidad indica que hoy no están en condiciones ni siquiera de pagar los sueldos de abril.
Otros intendentes ya analizan reducir drásticamente los sueldos de los funcionarios y trabajadores y dejar cesantes a los contratos informales.
Si bien entienden lo difícil de la situación económica del país producto de la crisis que venía limando los bolsillos argentinos, hoy la pandemia del coronavirus obligó al aislamiento de la sociedad y con ello se produjo una fuerte caída del consumo que trae aparejado una sustancial merma de la recaudación de impuestos federales, columna vertebral de la coparticipación que se distribuye a las provincias y municipios.
La Copa, es el alma de la gestión
Para entender mejor la situación, los municipios del interior esperan el depósito de la coparticipación, como los Judíos esperan la llegada del Mesías. La copa es considerada el alma máster de la gestión, y en el mayor de los casos destinan casi el 80% al pago de sueldos y el resto sirve para afrontar los gastos de servicios, insumos y mejoras destinados a la ciudad.
Esto es así porque la recaudación propia de tasas y contribuciones municipales en los pueblos apenas representa el 10% del total de las erogaciones, un déficit histórico de los intendentes que nunca quisieron optimizar el sistema de recaudación local para no incomodar a los vecinos.
La famosa coparticipación es el mecanismo a través del cual la nación le gira plata a las provincias. Es un acuerdo que existe en nuestro país desde la década del ´30 y que se va renovando cada 10 años, o que debería hacerlo, ya que en realidad actualmente no se renueva desde el ´85.
La coparticipación establece en qué proporción el dinero que recauda el Estado Nacional a través de impuestos va a ser luego transferido a las provincias; cuando decimos impuestos nos referimos a todos los impuestos internos, ya que no se coparticipan los impuestos aduaneros, o sea, aquellos impuestos producto del comercio exterior, esos quedan enteramente en manos de la nación.
La coparticipación una vez en el tesoro de las Provincias, es transferido por esta proporcionalmente a los municipios en virtud de una delegación efectuada por los gobiernos locales municipales a las Provincias, quienes luego de retener su porción para el funcionamiento provincial -pago de empleados públicos, etc-, redistribuye el resto entre los Municipios según corresponda su porcentual que entre otros indicadores se rige por la masa poblacional.
