Alejandra contó la pesadilla que le tocó vivir en la clínica ubicada en calle Urquiza de la capital salteña.
Un enfermero forcejeó con ella, según cuenta, para inyectarle un tipo de droga que la terminó durmiendo.
Al despertarse se dio con la peor de las escenas, se encontraba golpeada y con la ropa interior abajo de sus rodillas.

Ante esto pidió a una doctora llamar al 911, pero desde el lugar se negaron a brindarle ayuda e incluso le quisieron dar el alta automaticamente, aunque su estado de salud no era el más optimo.
Realizó la denuncia en marzo de 2021, y a pesar de lo relatado, la clínica no despidió al enfero y siguió trabajando hasta que decidió renunciar por sus propios medios.
Posteriormente fue detenido y este año se elevó a juicio, desde la fiscalia reunieron pruebas contundentes, relatos de trabajadores e incluso cámaras de seguridad dentro de ese cuarto.
(El 10 TV)
