Acusan a la Jefa de Enfermería del hospital de Metán por acoso y abuso de poder

La jefa del Programa de Enfermería del Hospital del Carmen, enfrenta serias acusaciones de maltrato laboral, hostigamiento y abuso de poder. Una enfermera denunció que fue dejada fuera del puesto a planta transitoria, además de sufrir amenazas, discriminación y represalias que afectaron su salud y carrera profesional.

Actualidad11/03/2025Por Expresión del SurPor Expresión del Sur
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En el Hospital del Carmen, una enfermera profesional se ve atrapada en una situación de abuso y maltrato laboral que pone en evidencia la falta de ética y de responsabilidad de la actual jefa del Programa de Enfermería. La profesional, quien prefiere mantener su anonimato por razones de seguridad y respeto a su familia, denunció a esta mujer por una serie de hechos que van desde el hostigamiento laboral hasta la discriminación, pasando por un trato despiadado y negligente que perjudica gravemente su salud mental y su carrera.

Según la versión de la víctima, el calvario comenzó en 2021, cuando su contrato COVID fue activado y comenzó a trabajar bajo la supervisión de la acusada. En palabras de la enfermera afectada: "Mi jefa me dijo, 'Entraron por acomodo, se los voy a hacer cuesta arriba', y cumplió su amenaza hasta el día de hoy". A partir de ese momento, la enfermera fue víctima de constantes ataques, tanto verbales como profesionales, que la colocaron en una situación de extrema vulnerabilidad.

El maltrato, que incluyó burlas y amenazas, alcanzó su punto máximo cuando la enfermera fue excluida de los puestos a planta transitoria. En una resolución que la dejó fuera del sistema, la jefa de enfermería no solo le negó el acceso a un puesto estable, sino que, con ironía, le dijo que debía ‘agradecer’ que al menos seguía con su contrato; un contrato con condiciones que la dejaban en una situación económica precaria, y que podría ser rescindido en cualquier momento, sin aviso previo.

La enfermera relató en detalle los abusos que sufrió, mencionando cómo en diversas ocasiones la dejaron trabajando sola en la sala de emergencias, sin apoyo y sin el reconocimiento que merecía. "Me dejaban sola en emergencia, sin nadie que me ayudara. Nadie me dio una mano", confesó. En la misma línea, reveló que, en reiteradas ocasiones, tuvo que rogar para que le otorgaran la guardia, una situación que agravaba su agotamiento físico y emocional. "Pedí audiencia con la gerente, me dijo que revisaría los diagramas, pero nunca tuve respuesta", lamentó.

A lo largo de los años, los abusos se fueron acumulando. La enfermera denunció un episodio en el que la responsable del área le dijo de manera cruel: "Si te querés matar, matate". A raíz de estos hechos, la víctima grabó conversaciones y guardó pruebas, conscientes de las mentiras y tergiversaciones de su jefa. "Nunca quise agredirla, solo reclamé lo que me correspondía. Fui a hablar con ella y me acusó de patear la puerta, lo cual no es cierto. Jamás fui a golpearla, solo quería que me escuchara", aclaró la enfermera.

El comportamiento de la Jefa, según se pudo saber, siempre fue autoritario y discriminatorio. La enfermera relató cómo su superiora constantemente cuestionaba su apariencia, incluyendo sus tatuajes, y cómo esta actitud también se reflejaba en su trato con los médicos. "Vi cómo trataba a los médicos, cómo se creía superior a todos. Se jactaba de su cargo, que obtuvo a dedo, porque para ese puesto se requiere ser licenciada, y ella solo es enfermera profesional", explicó la denunciante.

A esto se suma otro episodio alarmante relatado por la víctima, quien, dirigiéndose directamente a su jefa, expresó: "¿Te acordás cuando había una médica, una profesional con todas las letras, excelente en su trabajo? Salí de la sala para informar sobre el estado de una paciente y advertí que los laboratorios no estaban bien. Le dije: ‘Doctora, está pasando esto y esto con la paciente’. Sin dudarlo, me respondió: ‘Pasámela’, y se hizo cargo de la situación".

"Pero vos, en lugar de reconocer que estaba haciendo bien mi trabajo, intentaste atacarme. Quisiste interrumpirme y ponerme en aprietos, pero la médica intervino y, poco a poco, te fue llevando hasta la puerta para que no me dijeras nada más. Llegar a ese extremo…", recordó.

"Al menos esa paciente, de más de 80 años, recibió la atención que merecía. Se fue con el cuidado adecuado, con una médica que le brindó dedicación hasta su último segundo de vida", sostuvo, y agregó: "Y como ese caso, hubo muchos más".

Además, la jefa de Enfermería exigió a la enfermera víctima que le realizara el curso de ACV con los profesionales del Hospital San Bernardo, no solo para ella sino también para otras enfermeras. A pesar de las condiciones hostiles, la profesional cumplió con la tarea, demostrando su compromiso con la salud, a diferencia de la actitud de su superior, que debería ser quien impulse la formación.

En medio de este contexto de abusos, la enfermera también tuvo que enfrentarse a la indiferencia y desdén de otros compañeros y superiores. "No me dejaron hablar, no me dieron espacio para que expresara mi malestar. Nadie me escuchó, hasta que decidí hacer pública mi situación", comentó.

La enfermera denunciante enfatizó que su jefa, en lugar de generar bandos y enfrentamientos entre los trabajadores, debería enfocarse en unir al equipo para que todos puedan desempeñar sus funciones de manera armoniosa. "Como líder, su trabajo es unirnos, no dividirnos ni generar más problemas", sostuvo la profesional.

Lo más alarmante de la situación es que la afectada no es un caso aislado. La enfermera reveló que otros trabajadores también han sufrido el mismo trato por parte de la acusada, que utiliza su cargo para manipular y someter a sus subalternos. "No me arrepiento de haber presentado la exposición policial en 2021 por maltrato y discriminación. Otros compañeros también han sido maltratados, pero tienen miedo de hablar", sostuvo la víctima.

Finalmente, la enfermera afectada se encuentra ahora en una encrucijada, buscando un nuevo rumbo en su carrera. "Ya no sé qué más hacer, me siento acorralada, no encuentro solución a lo que me está pasando", afirmó. Su salud mental, según sus propias palabras, está completamente deteriorada. "Esto no es vida", expresó entre lágrimas, con una resignación que refleja el desgaste que le ha causado este abuso continuo.

"Soy enfermera de alma", afirma dejando en claro que su vocación sigue intacta a pesar del hostigamiento sufrido. "Lo único que quiero es hacer mi trabajo dignamente, sin miedo, sin represalias y con el respeto que todo trabajador de la salud merece", concluyó.

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