El sacerdote de la parroquia San Francisco Solano llamó a los argentinos a vivir este tiempo con caridad
Actualidad26/12/2023
José Alberto Coria
En un contexto de país con más incertidumbres que certezas, el nacimiento del niño Jesús estuvo marcado con un pedido especial de unión y fraternidad para lograr la caridad. Así lo expresó el Padre Ariel Fessia, durante la celebración de la Misa de Navidad que tuvo lugar este lunes 25 de diciembre en la parroquia San Francisco Solano.
"Hagamos crecer al Niño en nuestro corazón y hacerlo vida a partir del servicio y la caridad en este tiempo que estamos viviendo como argentinos, que necesitamos sobre todo de la unión y de la fraternidad", expresó el Sacerdote de El Galpón.
"Que sea a partir de esta Navidad, la gestación de este comienzo fraterno y que realmente podamos hacer crecer a Jesús en nuestro corazón", agregó.
Tras la reunión de gabinete, el ministro Sergio Camacho confirmó que el Gobernador redefinió prioridades, pidió resultados “a corto plazo” y anticipó cambios en el equipo. La caída de la recaudación marca el rumbo de la nueva etapa.
De acuerdo a la nueva fórmula de movilidad, las prestaciones aumentarán un 2,34% , correspondiente al dato de la inflación analizado por el INDEC.
El gremio que lidera Rodolfo Aguiar rechaza la reforma laboral que impulsa Casa Rosada.
"La verdad que me quebré al ver tanta gente que salió hasta el arco del pueblo a recibir a Ariel", confesó
La familia del sacerdote confirmó que su voluntad era permanecer en el pueblo que lo adoptó y que él eligió como hogar espiritual. Su hermana Raquel habló con Expresión del Sur tras el responso.
La figura del padre Ariel Fessia marcó profundamente a El Galpón. Su estilo pastoral, su mirada sobre la vida comunitaria, su forma de entender el servicio y su espiritualidad dejaron enseñanzas que hoy, tras su partida, cobran un valor aún mayor. | Por José Coria
El sacerdote atravesó un proceso de salud crítico sin cobertura médica y sin los medicamentos esenciales, que una farmacéutica local le entregaba cada mes para que pudiera seguir adelante.
La muerte del padre Ariel Fessia duele, pero también obliga. Nos pide mirar de frente una realidad que se mantuvo demasiado tiempo en silencio. Honrar su memoria no es solo recordarlo: es evitar que otro cura viva -y muera- en condiciones que nunca debieron ocurrir.
