Metán inicia la Cuaresma: un tiempo de conversión, oración y penitencia

Este miércoles comienza la Cuaresma, un tiempo de conversión y penitencia que prepara a los fieles para la Pascua. La imposición de la ceniza marca el inicio de estos 40 días de reflexión, donde la Iglesia invita a renovar la fe y fortalecer el compromiso con Dios.

Actualidad05/03/2025Xiomara DíazXiomara Díaz
Miércoles de ceniza

Hoy, 5 de marzo, inicia el tiempo de la Cuaresma, una oportunidad para la reflexión, el arrepentimiento y la renovación espiritual. Con la celebración del Miércoles de Ceniza, los fieles marcan el comienzo de 40 días de preparación para la Pascua, un periodo de oración, penitencia y solidaridad.

La ceniza que se impone en el Miércoles de Ceniza no solo simboliza la fragilidad humana, sino que también nos recuerda que la vida en la Tierra es efímera. Con las palabras “polvo eres y al polvo volverás” (Gn 3,19), se nos invita a la humildad y a la conversión, recordándonos la necesidad de volver a Dios, buscando su perdón y renunciando a todo aquello que nos aleja de Él.

En Metán, se celebrarán misas de imposición de ceniza en distintas parroquias y capillas durante el día, brindando a la comunidad la posibilidad de participar de este significativo rito.

  • Parroquia Perpetuo Socorro: 18:00 hs.
  • Parroquia Sagrado Corazón: 19:30 hs.
  • Parroquia San José: 19:30 hs.
  • Cuasi Parroquia de Fátima: 21:00 hs.
  • Capilla San Pantaleón: 21:00 hs.

Este inicio de la Cuaresma es mucho más que un ritual: es una llamada a la transformación. La Iglesia nos invita a reflexionar profundamente sobre nuestras vidas y a comprometernos con una práctica diaria de oración, ayuno y limosna. No es solo un acto exterior, sino un camino interior hacia una mayor cercanía con Dios, fortalecido por la disciplina y la generosidad hacia el prójimo.

Este es un tiempo para evaluar nuestra vida, mejorar nuestras relaciones con los demás y comprometernos a ser más solidarios y compasivos. A través del ayuno, aprendemos a desprendernos de lo superficial; con la oración, nos acercamos a Dios; y mediante la limosna, compartimos lo que tenemos con los que más lo necesitan.

La Cuaresma es, en definitiva, un periodo para cambiar, para dejar atrás lo que nos separa de Dios y los demás, y para vivir con más autenticidad nuestra fe cristiana.

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