Ruinas jesuíticas y fuerte militar, a la espera de ser rescatados del olvido histórico

En Valbuena, entre El Tunal y Ceibalito, permanecen restos de un fuerte colonial y una iglesia jesuítica, cuyos valores históricos están en riesgo ante la falta de preservación y resguardo oficial.

Sociedad21/06/2025Por Expresión del SurPor Expresión del Sur
Valbuena

En la ribera norte del río Pasaje o Juramento, entre El Tunal y Ceibalito, a la vera de la Ruta Nacional 16, se encuentra un paraje de nombre casi perdido: Valbuena. Hoy reducido a un pequeño caserío, este sitio encierra vestigios valiosos de la historia salteña, ligados tanto a la ocupación militar del siglo XVIII como a la presencia jesuítica en la región.

Según registros históricos, en este sector se ubicó el fuerte San Esteban de Valbuena, edificado en 1710 como parte de la campaña militar impulsada por el entonces gobernador de Tucumán, Juan de Urízar. Actualmente, los restos de dicha fortificación se encuentran dentro del área de cultivos de una finca privada, lo que dificulta su acceso y conservación.

A estos antecedentes se suma un segundo foco de interés patrimonial; las ruinas de una iglesia jesuítica ubicada en lo que fue la finca La Manga, próxima al kilómetro 628 de la Ruta 16, en inmediaciones del paraje Chorroarín. Allí, aún pueden observarse vestigios de muros de adobe, estructuras de quebracho y materiales que delatan un origen colonial.

Lucy Ibarra, agente sanitaria jubilada recordó que, hace más de tres décadas, en su recorrida por la zona —como trabajadora del sector de salud— visitó familias asentadas en fincas como La Manga, propiedad de don Erasmo Barrozo. “Siempre vi restos de la estructura antigua. El techo estaba muy deteriorado, pero se notaban los palos de quebracho labrados a mano”, relató.

Por su parte, la profesora Irma Pascuala Caro manifestó que, años atrás, se realizó un relevamiento histórico y cultural del lugar junto a profesionales del área, con la intención de poner en valor el conjunto patrimonial. “Contamos con un decreto provincial que reconoce el sitio como patrimonio cultural, por tratarse de una ruina jesuítica de relevancia. Lamentablemente, el proyecto no tuvo continuidad. La zona se conecta con el histórico Paso de las Carretas y el antiguo camino al Alto Perú. Valorar y preservar lo nuestro siempre es importante”, expresó.

Algunas de las imágenes y restos de esta antigua iglesia fueron recuperados y hoy se encuentran bajo custodia del Museo Regional de Joaquín V. González, lo que permite al menos conservar parte del legado.

Las voces de quienes conocen la zona, así como los registros históricos disponibles, refuerzan la necesidad de proteger y documentar este patrimonio arqueológico, fundamental para entender el pasado militar, religioso y cultural de una región estratégica en el desarrollo del actual sur salteño.

Desde distintos sectores se insiste en la importancia de revalorizar estos sitios, no solo como memoria viva del pasado, sino también como potencial para el desarrollo cultural y turístico del departamento.

 

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