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A 50 años del horror: la tragedia ferroviaria que marcó para siempre a Esteco

El choque de trenes ocurrido el 4 de julio de 1975 dejó al menos nueve muertos y una herida indeleble en la memoria ferroviaria del sur salteño. Entre las víctimas hubo trabajadores, una mujer que dio el alerta y un pescador que regresaba del Tunal.

Sociedad14/07/2025Por Expresión del SurPor Expresión del Sur
Vías de Esteco

El 4 de julio de 1975, la noche cayó con fuego en Esteco. Un tren carguero proveniente de Caimancito, Jujuy, que transportaba 50 vagones con petróleo, perdió el control de parte de su formación tras cruzar el río de Las Conchas, a pocos kilómetros de Metán. Treinta y seis vagones se desprendieron y comenzaron a retroceder por el Ramal C-12. La pendiente, hasta hoy sin una explicación del todo clara, los convirtió en una bomba rodante que terminó chocando con otra formación que esperaba en la estación Esteco.

La escena que siguió fue apocalíptica y este domingo fue recordada por El Tribuno. El impacto entre ambas formaciones -una con vagones tanque cargados de gasoil- provocó una serie de explosiones que arrasaron con todo a su paso: la estación, los galpones, instalaciones ferroviarias, y también vidas.

El fuego alcanzó alturas que pudieron verse desde Metán y Rosario de la Frontera. Según los vecinos, “las explosiones parecían cañonazos lejanos”. La lluvia de llamas y el río de petróleo ardiente convirtieron la escena en un infierno. El siniestro dejó al menos nueve muertos, entre ellos personal ferroviario, un mecánico pescador que volvía desde El Tunal y una mujer que intentó dar aviso de la catástrofe inminente.

La voz que intentó salvarlos

Una de las víctimas fue Angela Liebano de Brazanovich, esposa del jefe de estación. Al recibir por teléfono el alerta de los vagones sin control, corrió a dar aviso. Su esposo intentó alcanzar la palanca de cambio para desviar la formación a una vía muerta, pero no llegó a tiempo. Angela quedó atrapada entre las llamas en el edificio de la estación. Su cuerpo fue hallado carbonizado horas después, cerca de una pileta. Se presume que en un desesperado intento por sobrevivir, trató de mojar sus ropas con agua.

El pescador del Tunal

Otra historia dolorosa es la de Juan Manuel Rico, mecánico, padre de tres hijos, que como cada semana había ido a pescar al río Juramento. Para regresar, se subió a uno de los vagones del tren petrolero, sin saber que ese viaje sería el último. Su cuerpo calcinado fue identificado entre restos de anzuelos, que llevaba con él.

Una tragedia entre dudas y silencios

El accidente ocurrió apenas diez meses después de otro episodio inquietante: en septiembre de 1974, se frustró un sabotaje a un tren con 59 vagones de combustible en la estación de Metán. La hipótesis del atentado nunca se descartó del todo, menos aún en un país sacudido por la violencia política de la época.

Las investigaciones del Ferrocarril General Belgrano nunca arrojaron una conclusión pública y oficial, lo que alimentó versiones, entre ellas la del atentado, o incluso una supuesta “maldición de Esteco”, que conecta esta tragedia con antiguos relatos sobre la ciudad colonial destruida siglos atrás por cataclismos.

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