A 14 años de la muerte de Néstor Picolo, persisten las dudas sobre su final

La muerte del comisario Néstor Picolo sigue rodeada de versiones enfrentadas y dudas que nunca fueron despejadas, en medio de un expediente que permanece sin una respuesta concluyente.

Actualidad25/11/2025Por Expresión del SurPor Expresión del Sur
Nestor Piccolo

El fallecimiento del comisario Néstor Piccolo, ocurrido en noviembre de 2011, continúa siendo uno de los episodios más sensibles dentro de la historia reciente de la Policía de Salta. A catorce años del hecho, su nombre vuelve a ocupar espacio en los debates sobre los procesos internos de la fuerza, las presiones que atraviesan los investigadores en casos de alta complejidad y las dudas que generó el cierre acelerado de la causa.

Piccolo tenía 44 años y cumplía funciones como jefe de la Brigada de Investigaciones, un cargo central en medio de un escenario particularmente convulsionado. Su unidad estaba abocada por entonces a esclarecer el asesinato de las turistas francesas Cassandre Bouvier y Houria Moumni, un expediente que había adquirido repercusión internacional y que exponía fallas estructurales en el sistema de investigación criminal.

La versión oficial sostuvo que el comisario se quitó la vida con su arma reglamentaria. El disparo se produjo en un pasaje cercano a la vicaría Nuestra Señora de la Consolación, inmediatamente después de salir de una reunión de trabajo en la sede de calle Líbano. No dejó carta ni mensaje, y el maletín personal que podría haber aportado algún indicio no arrojó elementos relevantes.
Pese a esta conclusión temprana, el proceso quedó atravesado por interrogantes que nunca fueron saldados. La rapidez en la determinación del fiscal interviniente, la falta de pericias complementarias y las tensiones internas que atravesaba el comisario alimentaron la sospecha de que podía existir un trasfondo más complejo.

Durante los meses previos a su muerte, Piccolo estaba al frente de varios expedientes sensibles vinculados a delitos graves; el doble homicidio de San Lorenzo, investigaciones por narcotráfico con participación de personal policial y causas demoradas que comprometían a integrantes de distintas unidades.
En ese contexto, fuentes internas y familiares habían señalado que el comisario trabajaba bajo una carga de presión considerable, que incluía diferencias con mandos superiores y discusiones sobre los rumbos que debía tomar la investigación por la muerte de las turistas francesas.

El episodio derivó en una serie de análisis posteriores, tanto periodísticos como judiciales, que pusieron la lupa sobre la estructura de la fuerza, los mecanismos de control interno y la incidencia de factores externos en las decisiones de investigación. Entre ellos se encuentra el trabajo del periodista francés Jean-Charles Chatard, quien revisó los últimos días del comisario y expuso inconsistencias que nunca fueron abordadas con profundidad en sede judicial.

A más de una década, la figura de Piccolo sigue ligada a un caso que dejó marcas en la fuerza y en la sociedad. Su muerte quedó asociada a una etapa crítica en la investigación criminal de la provincia y abrió un debate que, con el paso del tiempo, no se disipó: cómo operan las presiones institucionales, qué protección tienen quienes conducen expedientes de alto riesgo y de qué manera se garantiza la transparencia en hechos que involucran a personal policial.

La historia del comisario Néstor Piccolo permanece así en un terreno donde conviven los datos oficiales, las dudas no resueltas y un expediente que, para muchos, cerró sin responder todo lo que debía. El paso de los años no modificó esa percepción. Tampoco el interés por comprender qué ocurrió realmente aquella tarde en la zona de avenida Chile y Líbano, y cuánto de su tarea profesional pudo haber influido en su final.

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