Raquel Fessia habló de los últimos días y el legado de su hermano el sacerdote de El Galpón

"La verdad que me quebré al ver tanta gente que salió hasta el arco del pueblo a recibir a Ariel", confesó

Sociedad09/12/2025Xiomara DíazXiomara Díaz
Hermana Raquel Fessia

La comunidad de El Galpón vivió este fin de semana uno de los funerales más masivos que se recuerden en la localidad. El padre Ariel Fessia, párroco de San Francisco Solano, falleció el sábado 6 de diciembre alrededor de las 7 de la mañana, tras un proceso de salud extenso y silencioso. Sus restos llegaron a El Galpón cerca de las 10, recibidos por una caravana espontánea de vecinos que colmó el arco de ingreso y acompañó el cortejo hasta el templo.

Durante el velorio, que se extendió hasta el domingo, cientos de fieles, familias, referentes barriales y vecinos de distintas zonas rurales pasaron por la iglesia para despedir al sacerdote. Entre ellos estuvo su hermana, Raquel Fessia, religiosa de vida consagrada, quien habló con Expresión del Sur y confirmó detalles íntimos del acompañamiento familiar, la enfermedad del padre Ariel y las decisiones finales sobre su sepultura.

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“Se inmoló. No quería ser una carga para nadie”

Raquel Fessia llegó a El Galpón por tercera vez. “Vine dos veces antes: en la Semana Santa de este año y también la Semana Santa pasada. Estuve con Ariel y con la comunidad. Lo hice como hermana de sangre, acompañando, llevando la cruz de su enfermedad. Mis hermanas de comunidad me dieron esa posibilidad, y hoy vuelvo por tercera vez a El Galpón… pero con esto”, expresó.

Recordó que la comunidad galponense respondió desde el primer momento en que se conoció la enfermedad del sacerdote. “Les puedo asegurar que fue… no, no, ahí realmente me quebré. Llegamos a las 10.20 al arco de El Galpón y ver la cantidad de gente… Después era un sinfín, y de manera espontánea. Eso no se hace con cualquiera. Ariel era grande, no solo físicamente. Alguien lo definió como ‘un niño grande’, no sé por qué, pero el padre Mario Maita lo dijo en la homilía. Será por su sencillez, por su transparencia”.

La frase que dejó como legado

Cuando se le preguntó qué recuerdo o enseñanza dejó el sacerdote, Raquel no dudó: “Se lo resumo con algo: ‘soy feliz… soy feliz’. Con eso ya está todo”, afirmó.

Las decisiones en las últimas horas

La hermana relató que la definición sobre su descanso final se tomó 48 horas antes del fallecimiento. “Hace dos días, cuando los médicos de terapia nos dijeron que ya era irreversible, hicieron una sedación terapéutica. No iban a forzar nada, era para que estuviera más tranquilo para el desenlace. Ya se sabía que la falta de aire era muy fuerte. Entonces nos reunimos: el padre Lalo Carrera de Rosario de la Frontera, el intendente Federico Sacca se comunicó con, Alexis… Había que definir dónde sería el velorio y dónde descansarían sus restos; si en tierra, si en otro lugar o si lo trasladábamos a Santa Fe”, explicó.

Los hermanos ya lo habiamos conversado. “Él fue feliz aquí. Vivió su sacerdocio a pleno y era su comunidad. Pero estaba mamá. Entonces volvimos y se lo dijimos. Él había expresado a los laicos: ‘cuando yo me muera, quiero que me entierren acá’. Y ese ‘acá’ es acá en el templo, en la casa que construyó junto a la comunidad: el 50% estaba hecho cuando él llegó. Siempre recalcaba que fue con la comunidad, sin que nadie regalara nada”.

La respuesta de la madre fue simple: "Aquí quedará, porque aquí fue feliz” y  agregó Raquel: “Será también un motivo para volver a donde él fue feliz”.

El silencio sobre su enfermedad

Una de las situaciones más dolorosas para la comunidad fue enterarse, recién en los últimos días, de las dificultades que atravesaba el sacerdote, incluido el faltante de medicamentos esenciales que ya no llegaban. “Él no quería pedir ayuda. Es simple y llana la respuesta: no quería ser una carga para nadie. Ni para sus hermanos curas, ni para la comunidad galponense, ni para su familia. Lo expresó. ‘Se la cargó consigo y se inmoló’.”

Raquel destacó que incluso la familia tuvo que acompañarlo económicamente en momentos críticos. “Es duro. Muy duro. Pero él lo asumió y lo vivió así. Tal vez era muy cerrado para sí mismo. Para todos estaba, pero para él… no”.

Confirmó también que el sacerdote no tenía obra social y que con su patología, ninguna obra social lo aceptaba. Sobre el particular, horas antes había dicho que el padre Ariel tenía una mutual cuando era parte de la Orden de San Agustín. Sin embargo, tiempo después al pasarse a la Arquidosesis de Salta, perdió ese beneficio. "El se enteró que no tenía mutual cuando se enfermó, confesó Raquel. Lamentablemente debido al diagnóstico que presentaba, ya no pudo acceder a ninguna obra social.

Un legado pastoral que marcó a la región

La hermana Raquel repasó momentos del ministerio del padre Ariel que la comunidad recordará por años. Mencionó una Pascua particularmente intensa: “El año pasado, el domingo de Pascua salimos a las ocho: celebró en El Tunal, después en San José de Orquera, y luego casi al fondo, en una familia que había pedido misa porque era el aniversario de un ser querido. Él le había dado la palabra. Recién después cayó en la cuenta de que era domingo de Pascua, pero igualmente cumplió. Salimos a las siete y media y volvimos dos y media de la tarde para luego realizar la misa”.

El sacerdote multiplicó celebraciones cuando antes solo eran los domingos. “Empezó a poner misas los miércoles, los viernes. A veces había siete, diez personas. Y él igual estaba firme, dando la misa para cinco, seis, siete vecinos”.

La despedida: un pueblo conmovido

El velorio se inició el sábado a las 20, con la misa de responso presidida por Monseñor Mario Cargnello. Durante todo el día, vecinos de todas las edades se acercaron a la parroquia.

El domingo a las 15 se realizó la Santa Misa y luego el ritual de despedida de los sacerdotes. Tras la ceremonia, una larga fila de galponenses acompañó los restos del padre Ariel hacia la necrópolis local.

Será el primer sacerdote sepultado en el templo San Francisco Solano, siguiendo la tradición que indica que los curas pueden descansar en el lugar donde ejercieron su misión pastoral.

Una pérdida que golpeó a toda la comunidad

El padre Fessia había sido intervenido un año atrás. Su recuperación parecía avanzar, pero en julio comenzaron nuevas complicaciones. Según su entorno, el deterioro se profundizó cuando, en septiembre, dejó de recibir una inyección mensual enviada desde Buenos Aires. “Era fundamental y se suspendió. Desde octubre ya no pudo volver a ponérsela”, relataron allegados.

"No quería ser una carga para nadie, tal así que los medicamentos que debía tomar -con un costo de más de 2 millones de pesos- los conseguía gracias a una farmacéutica del pueblo que se los daba con lo poco o mucho que Ariel lograba juntar", confesó la hermana del sacerdote.

Su tarea pastoral abarcaba un amplio territorio: desde los barrios de la localidad hasta parajes rurales como Los Rosales, en el límite con Santiago del Estero. Nunca dejó su misión, aun cuando le indicaron reposo.

“Tomen el legado”

En el cierre de la entrevista, Raquel dejó un mensaje para la comunidad: “Tomen el legado. Que quienes lo quisieron y lo amaron recojan lo que trabajó: la unidad de la comunidad. Eso logró, y lo decía el obispo: fue un incansable trabajador por la unidad. Que sigan trabajando eso. Y si no… él les va a golpear, ¿eh? Porque queda, les va a golpear desde abajo”.

También destacó el impacto que tuvo la reacción del pueblo sobre la propia familia: “Uno de mis hermanos no es de tanta práctica cristiana, pero ver la comunidad llorar al pastor, al padre, al amigo… ya está”.

Un cura que quedó en el corazón del pueblo

El Galpón despidió al padre Ariel Fessia como se despide a los referentes que dejan huella: con lágrimas, con respeto y con la certeza de que su figura permanecerá entre las historias de la localidad. Su tumba, a un costado del templo, será punto de visita permanente.

“Son momentos duros –dijo Raquel durante el velorio–, pero también de esperanza. Mañana, cuando le demos el último adiós, el corazón se nos va a estrujar. Pero aquí quedará. Donde fue feliz”.

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