Al sacerdote de la parroquia San Francisco se le practicó un nefrectomía radical este miércoles y según el parte médico evoluciona bien
Actualidad23/11/2023
José Alberto Coria
El sacerdote de la parroquia San Francisco Solano de El Galpón evoluciona favorablemente de una cirugía a la que se sometió este miércoles en el IMAC de la ciudad de Salta. El pedido de intervención surgió de un momento a otro, por recomendación médica, debido a la formación de un gran tumor en uno de sus riñones.
Fuentes cercanas al párroco indicaron a Expresión del Sur que la nefrectomía radical -extracción de un riñón-, se realizó con éxito. Durante la jornada que pasó hubo muchas oraciones y pedidos por la salud de Fessia.
"El Padre Ariel ingresó a las 14 horas al quirófano y la operación duró dos horas", confió un allegado. Agregó que según el informe médico, "el paciente salió bien y ahora hay que esperar para ver como evoluciona. Esperemos que pase bien la noche".
Tras la reunión de gabinete, el ministro Sergio Camacho confirmó que el Gobernador redefinió prioridades, pidió resultados “a corto plazo” y anticipó cambios en el equipo. La caída de la recaudación marca el rumbo de la nueva etapa.
De acuerdo a la nueva fórmula de movilidad, las prestaciones aumentarán un 2,34% , correspondiente al dato de la inflación analizado por el INDEC.
El gremio que lidera Rodolfo Aguiar rechaza la reforma laboral que impulsa Casa Rosada.
"La verdad que me quebré al ver tanta gente que salió hasta el arco del pueblo a recibir a Ariel", confesó
La familia del sacerdote confirmó que su voluntad era permanecer en el pueblo que lo adoptó y que él eligió como hogar espiritual. Su hermana Raquel habló con Expresión del Sur tras el responso.
La figura del padre Ariel Fessia marcó profundamente a El Galpón. Su estilo pastoral, su mirada sobre la vida comunitaria, su forma de entender el servicio y su espiritualidad dejaron enseñanzas que hoy, tras su partida, cobran un valor aún mayor. | Por José Coria
El sacerdote atravesó un proceso de salud crítico sin cobertura médica y sin los medicamentos esenciales, que una farmacéutica local le entregaba cada mes para que pudiera seguir adelante.
La muerte del padre Ariel Fessia duele, pero también obliga. Nos pide mirar de frente una realidad que se mantuvo demasiado tiempo en silencio. Honrar su memoria no es solo recordarlo: es evitar que otro cura viva -y muera- en condiciones que nunca debieron ocurrir.
