"En nuestra Patria nadie debería pasar hambre": la Iglesia cruzó al Gobierno

La Conferencia Episcopal Argentina emitió un comunicado en reclamo del recorte de alimentos para los centros asistenciales.

Sociedad05/02/2024Por Expresión del SurPor Expresión del Sur
Episcopado Argentino

La comisión ejecutiva del Episcopado, que preside el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, trazó un duro diagnóstico sobre la situación social, marcada por una inflación que “desde hace años crece día a día y pega fuertemente en el precio de los alimentos”. Al expresar su preocupación por un escenario de trabajo sacrificado y de bajos ingresos, advirtió que “la comida no puede ser la variable de ajuste”.

En su primer mensaje del año, una semana antes de que el presidente Javier Milei se reúna con el papa Francisco en el Vaticano, la Iglesia afirmó que “a cientos de miles de familias se les hace cada vez más difícil alimentarse bien”. Los obispos llamaron la atención, así, sobre una situación que impacta en la provisión de alimentos en los comedores.

La reflexión de los obispos parte del mandato bíblico que dice “no apartes tu rostro del pobre” y se recuerda que entre las necesidades primarias, está el alimento. En tal sentido, sostienen en el título del pronunciamiento que “el pedido del pan de cada día es un clamor de justicia”. En la última medición del Observatorio de la Deuda Social, la pobreza llegó al 44,7% y rozaría el 50% sin la compensación de los planes sociales.

Afirman en la declaración que en el trato pastoral con la gente sencilla, los obispos aprendieron que “un plato de comida no se le niega a nadie” y señalan que “en nuestra patria nadie debería pasar hambre, ya que es una tierra bendita de pan”.

Agregaron que: “La inflación desde hace años crece día a día y pega fuertemente en el precio de los alimentos. Lo siente claramente la clase media trabajadora, los jubilados y aquellos que no ven crecer sus salarios. También todo el universo de la economía popular, donde prácticamente se trabaja sin derechos”, afirmó la conducción del Episcopado, que hasta el momento no han tenido un encuentro con el presidente Milei.

Transmitieron especialmente su preocupación por “los vendedores ambulantes, los recicladores, los feriantes, los pequeños agricultores, los ladrilleros, los costureros, los que realizan distintas tareas de cuidado y de servicio”.

“Ante este escenario de trabajo sacrificado y de bajos ingresos, las familias se privan de muchas cosas. Por ejemplo, una mamá puede privarse de tomar un colectivo y camina para ahorrar, pero de ninguna manera puede no darle de comer a sus hijos. Es decir, la comida no puede ser una variable de ajuste”.

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