Belgrano y la Educación

En 1798, como secretario del Consulado, redactó lo que podemos considerar el primer proyecto de enseñanza estatal, gratuita y obligatoria presentado en lo que hoy es la Argentina. Belgrano fue mucho más que el creador de la Bandera

Opinión 13/03/2024 Eduardo Poma
Eduardo Poma

        “Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia. La verdadera historia. Quien quiera oír, que oiga…”, afirmó un poeta popular. Así, después de Caseros se instalaron varios mitos, que machaconamente les repitieron a tantas generaciones. Uno de ellos es el de que la educación en la Argentina comenzó con “el padre del aula”, “el maestro inmortal”. Es verdad que a Sarmiento le interesó “educar al soberano”, pero se dejó a un lado a su ministro Nicolás Avellaneda, autor y ejecutor de la mayoría de los proyectos educativos, y que continuaron durante su presidencia.

         En realidad, lo que más le preocupó a Sarmiento y al resto de su generación fue, como dice el historiador Pérez Amuchástegui, imponer la línea dura y llevar adelante sus planes liberales sin reparar en medios. “Quizás no hay en la historia del mundo otro ejemplo de revolución que se propusiera -y en parte lograra- arrasar todo lo existente y reemplazar las tradiciones, las formas sociales, la religión, la economía, las costumbres, las instituciones y hasta la población en aras de un propósito mimético y con ciega fe en la ley del progreso universal”.

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        Además, también hubo en aquella época grandes educadores como un José Manuel Estrada, por ejemplo, nombre que se popularizó en Metán gracias al P. José Mir al imponer el mismo al primer colegio secundario fundado por él.  Sin embargo, ya en la época hispana habían surgido prestigiosas universidades y colegios en todo el continente. En nuestro virreinato estaban las de Chuquisaca y Córdoba, y el mismo Belgrano, hijo de un inmigrante italiano, estudió en el Real Colegio de San Carlos de Buenos Aires, quien luego terminó los estudios universitarios en España.

         Y precisamente Belgrano como educador, será otro de los grandes “olvidados” de la historia oficial. Esto se debe a la concepción que tenía del magisterio, y no como pretenden algunos que fuera eclipsada por las demás facetas del héroe en las que descolló: Militar, estadista, político, diplomático, abogado, periodista, economista, fundador de pueblos, políglota, etc.  Sin embargo, de esta enorme personalidad los jóvenes de hoy reconocen en él sólo al creador de la bandera o, cuanto más, rememoran algunas de sus batallas.

Manuel Belgranoo

         Su cosmovisión y los trabajos que realizó por la educación lo encontramos leyendo su Autobiografía; el Reglamento para las Escuelas del Norte (recordemos que Belgrano donó nada menos que 40 mil pesos fuertes para la construcción de cuatro escuelas, dinero  con que el Gobierno lo premió por las batallas de Tucumán y Salta), Reglamento que trascendió al ámbito nacional, ya que no se conoce ningún instrumento similar que le haya precedido, y en el que por primera vez se habla del rol y la responsabilidad del maestro, las tareas del alumno,  y de los saberes que integran y validan un proceso integral de formación;  las Memorias, dictadas al Consulado, el Correo de Comercio, y el Reglamento para los Pueblos de Misiones. De este Reglamento algunos historiadores sostienen que fue el anticipo de la Constitución Nacional, dado tal vez por su capacidad para adelantarse a su época, por lo que no sería arriesgado pensar  que la intención de organizar la Nación ya estaba implícita en este escrito sobre las Misiones.

        Podemos asegurar así que el accionar educativo de Belgrano a partir de 1810, estuvo vinculado a su tarea libertaria, fundando escuelas en todo su itinerario como militar, y dotándolas también de las normativas que las regirían. Y en toda esta trayectoria se destaca su coherencia entre el  pensar, el sentir y el actuar, sobresaliendo su formación profundamente cristiana. Por ello lo veremos como defensor de una educación integral, sin exclusiones de clases ni de sexos, fundamentada en los valores de amor al prójimo, justicia, bien, sentido de identidad y una solidaria integración con la realidad de los demás países hispanoamericanos. Y estas ideas son tan actuales, que en las normativas educativas vigentes encontramos repercusiones del pensamiento educativo belgraniano. Los términos “Educación para todos”, “Formación especializada”, “Regionalización” y “Formación ética”, ya habían sido enunciados por él.

Belgrano Man

       Y concluimos este esbozo sobre Belgrano como educador, transcribiendo parte del Art. 8º del Reglamento para las Escuelas del Norte, el que nos muestra al prócer considerando al acto educativo como uno de los más graves de los que puede abordar el ser humano. Por lo mismo afirma que  “…El docente es considerado como causa eficiente y ejemplar, es el que estimula al educando en su educabilidad hacia el logro de su perfeccionamiento integral. Es por ello que al educador se lo caracteriza como Padre de la Patria”. Es que se estaba construyendo una nueva Nación, y los maestros serían los impulsores para que los educandos continuaran la obra de fundar y consolidar el país, y consecuentemente para Belgrano eran sus padres.                   

                                                                                                                             Mgter. José Eduardo Poma

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