En pleno ajuste, el Garrahan logra inédita cirugía fetal en salud pública

En medio de un contexto de recortes presupuestarios y presión por parte del Gobierno nacional para redefinir el rol del Estado en salud, el Hospital Garrahan concretó una cirugía fetal sin precedentes: nació la primera beba operada dentro del útero en una institución pública y sin intervención del sector privado.

Salud18/06/2025Por Expresión del SurPor Expresión del Sur
Mamá y beba

El Hospital Garrahan, institución emblema de la salud pediátrica pública en la Argentina, concretó por primera vez una cirugía intrauterina de alta complejidad sin apoyo del sector privado. La paciente, una joven de 28 años oriunda de la provincia de Buenos Aires, fue intervenida en la semana 27 de gestación para corregir una malformación congénita conocida como espina bífida. Semanas después, la beba nació sin necesidad de válvula derivativa, en buen estado general y con signos alentadores en su desarrollo motor.

El procedimiento, técnicamente denominado “cirugía fetal de mielomeningocele”, se realizó íntegramente en el Garrahan con personal propio, infraestructura pública y articulación con la Maternidad del Hospital Argerich, dada la falta de obstetras de guardia permanente en el centro pediátrico. La cirugía fue encabezada por la Dra. Patricia Bellani, jefa de Neonatología del hospital, y la Dra. Analizia Astudillo, tocoginecóloga y especialista en medicina fetal.

Medicos

“Esto marca un antes y un después en el abordaje prenatal desde el sistema público”, resumió Bellani. La profesional enfatizó que, si bien este tipo de intervenciones se realizan en clínicas privadas desde hace varios años, nunca antes un hospital estatal lo había logrado sin apoyo externo.

La cirugía fue posible gracias al Programa de Diagnóstico y Tratamiento Fetal del Garrahan, vigente desde 2008, por el que ya se han atendido más de 2.500 embarazos con diagnóstico de malformaciones congénitas. La intervención fue realizada por un equipo multidisciplinario que incluyó obstetras, neurocirujanos, anestesistas, terapistas y neonatólogos. El neurocirujano a cargo del cierre de la columna fetal fue el Dr. Javier González Ramos.

La operación se realizó el 9 de abril y, tras varias semanas de seguimiento, la beba nació en la semana 36 de gestación con un peso de 2,7 kilos. Hasta el momento, no presenta secuelas motrices evidentes ni requiere tratamientos adicionales. "La madre ya está amamantando y ambas evolucionan favorablemente", confirmaron desde el hospital.

Personal salud

Este logro médico ocurre en un contexto de fuerte tensión entre el personal del Garrahan y el Gobierno nacional. Mientras los profesionales reclaman recomposición salarial y denuncian el deterioro progresivo de las condiciones de trabajo, la administración del presidente Javier Milei sostiene un plan de ajuste fiscal que incluye un rediseño estructural del rol del Estado en áreas clave, incluida la salud pública.

Si bien el Garrahan cuenta con un esquema de financiamiento mixto —80% del Estado nacional y 20% de la Ciudad de Buenos Aires, bajo el formato SAMIC—, el hospital ha sido mencionado en más de una ocasión como posible blanco de un intento de provincialización. La medida implicaría, según trascendidos, trasladar su administración exclusivamente a CABA, lo que encendió alertas en la comunidad médica ante el impacto que tendría sobre la atención de miles de pacientes del interior del país.

“El Garrahan es un hospital nacional por definición y por función. Acá se atienden niños y niñas de todas las provincias. No hay ningún otro centro de salud que pueda asumir ese rol”, subrayó Bellani.

A pesar del clima de incertidumbre, el equipo médico que logró esta inédita intervención se enfocó en su tarea sin interrupciones. La cirugía fetal practicada en abril evitó que la beba naciera con una discapacidad severa. “El Estado presente no es una consigna, es esto que ocurrió: una intervención de altísima complejidad que se realizó con recursos públicos y sin que la familia tuviera que pagar nada”, sintetizó Astudillo.

Para los profesionales del hospital, el caso de Luana y su hija no sólo representa un avance clínico, sino también una señal del potencial que tiene el sistema público cuando se sostiene, se equipa y se respeta.

multimedia.grande.97cdf8fe516d11eb.Z3JhbmRlLndlYnA=

Te puede interesar
Noticias más leídas