Un éxito argentino que necesita la ayuda de todos: Los clubes de barrios

En cada club de barrio late una Argentina posible; más solidaria, más activa, más unida. Valorarlos y sostenerlos es una responsabilidad colectiva.

Opinión05/11/2025Por Expresión del SurPor Expresión del Sur
Lic. Eduardo Poma
Lic. Eduardo Poma

Empezar a nombrar todo lo que distingue, resalta y destaca positivamente a los argentinos, nos llevaría escribir varios libros seguramente, pero en brevísimas y limitadas palabras podemos mencionar que, somos únicos en el mundo por nuestra cultura marcada por el tango, el mate y la pasión por el fútbol, así como por inventos como la jeringa descartable, el bypass y el test de embarazo, también por la fama mundial de la carne, los paisajes celestiales y el reconocido valor de sus recursos naturales, como “Vaca Muerta”, una de las reservas de gas y petróleo no convencional más grandes del planeta. Y ni hablar de nuestras personalidades, que tan bien nos representaron o nos representan, desde San Martín y Belgrano a un Borges, Cortázar, Gardel, Favaloro, Fangio, Maradona, Messi, “Willy” Vilas, Papa Francisco, Milstein, Pérez Esquivel, o simplemente un  Dr. Luis Agote, médico, investigador y político argentino, que descubrió el método del citratado, que hacía incoagulable la sangre; cuando se iniciaba la Primera Guerra Mundial, realizó la primera transfusión, y el procedimiento luego permitió salvar vidas transfundiendo a los heridos en los campos de batalla.

Somos únicos en el mundo, un país entre los más grandes en superficie y a la vez escasamente poblado, que tiene protagonistas mundiales en todos los campos que existan. Pero hay algo que también nos hace únicos en el universo, los clubes de barrios.  Los clubes de barrio en Argentina tienen una importancia enorme, tanto social como cultural, educativa y deportiva. No son solo espacios recreativos: son instituciones comunitarias que cumplen múltiples funciones en la vida de las personas y los barrios. Actúan como centros de encuentro donde las familias y vecinos se integran, generan sentido de identidad, pertenencia y cohesión social en la comunidad. Son espacios de inclusión, especialmente en zonas populares, ofreciendo alternativas positivas frente a problemáticas sociales como la calle, la violencia o las adicciones.

Entre los tantos beneficios que los clubes de barrio generan en nuestra sociedad, podemos mencionar que, permiten que los chicos accedan a deporte, cultura y educación no formal a muy bajo costo. Muchos deportistas de élite de Argentina comenzaron su trayectoria en clubes barriales. Brindan oportunidades de ascenso social a través del deporte y la cultura. Promueven la actividad física, hábitos saludables y vida activa. Colaboran en la prevención de enfermedades relacionadas con el sedentarismo. También, son generadores de empleo directo e indirecto (profesores, entrenadores, mantenimiento, servicios). Organizan eventos que movilizan a la economía barrial (cantinas, ferias, torneos, festivales).

Los clubes de barrio en Argentina son un fenómeno social y deportivo muy característico y únicos por su impacto social en el mundo por su fuerte arraigo comunitario. Informes y estadísticas del Observatorio Social del Deporte, unidad de conocimiento conformada entre la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, calculan que existen entre 20.000 y 25.000 clubes de barrio y pueblo en todo el país. Se estima que 7 de cada 10 chicos y chicas que practican deportes en la infancia lo hacen en un club de barrio. A nivel nacional, los clubes nuclean a más de 4 millones de personas entre socios, deportistas y familias, es decir constituye aproximadamente el 10% de la población argentina. Dato no menos, muchos clubes dependen de voluntariado y aportes de socios para el mantenimiento, siendo esto el corazón que sostiene la vigencia de los clubes de barrios. El 70% de los clubes tiene menos de 500 socios activos, siendo sus ingresos principales provenientes de cuotas sociales, actividades deportivas, buffet y eventos.

Uno de los puntos más vulnerables es que, en los últimos años, sufrieron impactos por tarifas de servicios públicos, inflación y caída de matrícula. Es importante resaltar que también son espacios de inclusión: más del 60% de los clubes desarrolla actividades sociales no deportivas (comedores, apoyo escolar, talleres culturales). María Migliore es una politóloga y analista argentina, licenciada en Ciencias Políticas, que fue ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires y dice en una entrevista: “Un club es mucho más que un edificio: es un sentimiento, es pertenencia, es uno de esos lugares donde las personas se encuentran, donde podemos crear modelos y disciplina, el valor de los clubes en las externalidades positivas para la salud es enorme. Nos hace bien, nos hace mejores. Tiene un impacto muchas veces poco medido en Argentina respecto a la salud y el ahorro de recursos en la prevención de enfermedades”. En la misma entrevista a apoyándose en los relevamientos realizados, plantea un dato que nos hace únicos, del total de personas que hacen actividad física en Argentina, el 44% lo hace dentro de un club, comparando con España, ese número baja al 13%. Estos datos comprueban y evidencian que el modelo de clubes en nuestro país son una parte sustancial de nuestro desarrollo social, nos potencia como comunidad y nos expone como referentes a nivel mundial en materia deportiva en muchas disciplinas, sobre todo las de juegos en equipos. 

Estado de emergencia y ayuda 

El mar embravecido por la que atraviesan la mayoría de los clubes es una realidad que se sustenta en las crisis e inestabilidades económicas que vienen golpeando a nuestra sociedad, la falta de capacitación en los dirigentes deportivos, que en muchos casos lleva a las instituciones al borde de desaparecer y sumado a la incomprensión de gran parte de la sociedad sobre la importancia y rol de los clubes en el crecimiento y desarrollo social, hacen de todo esto un entramado que debilita las estructuras de los clubes imposibilitando su crecimiento.

Los clubes de barrios, estas instituciones que nos enorgullecen, necesitan ayuda y la mejor forma es que la sociedad no sea indiferente con las personas que trabajan “ad honorem” para su sostenimiento. Hay que asociarse, participar, proponer y gestionar, toda acción individual es sumativa en su conjunto y la base más genuina para el desarrollo de cualquier organización civil. El estado debe cumplir un rol imprescindible en el acompañamiento y apoyo a las instituciones de nuestra sociedad. Poco a poco el gobierno nacional fue limitando los apoyos con programas claves como “Clubes en obras” y “Hay Equipo”, sería sustancial que, desde la cartera de deportes de la Nación, se pueda no solo revertir sino mejorar los programas anteriores.         

Una oportunidad para los clubes salteños

El gobierno de la provincia de Salta, recientemente hizo el lanzamiento del Plan “Meta”, consistente en un plan estratégico que posiciona al deporte como una herramienta clave para la construcción de la comunidad, el fortalecimiento de valores y la generación de oportunidades en toda la provincia. Este gran acierto de la gobernanza provincial, se luce como un modelo de gestión y apoyo para el deporte prácticamente único en el país, ya que aborda cuatro ejes estratégicos:

Clubes en Acción: reacondicionamiento y fortalecimiento de 175 clubes barriales en toda la provincia.

Cerca se juega mejor: promoción de torneos y eventos deportivos en los 60 municipios, con recuperación de playones y espacios públicos.

Copa Güemes: torneo federal amateur con identidad salteña, en dos ramas: Copa Martín Miguel (masculina) y Copa Macacha Güemes (femenina). Y Torneo de los Barrios, para adultos.

Mérito Deportivo: acompañamiento a jóvenes con proyección para potenciar su desarrollo desde las etapas iniciales hasta el alto rendimiento. Y financiamiento a proyectos especiales en cada municipio.

 Un proyecto clave que no camina

El diputado nacional Héctor Baldassi, reconocido entusiasta de proyectos legislativos para las instituciones deportivas, presentó un proyecto de ley para impulsar el patrocinio deportivo a través de incentivos fiscales. La iniciativa busca que empresas y personas físicas puedan financiar proyectos deportivos y deducir hasta un 5% del impuesto a las Ganancias por esas contribuciones.

El proyecto contempla la posibilidad de aportar dinero, servicios o bienes muebles e inmuebles a clubes de barrio, asociaciones civiles deportivas y deportistas individuales. El ex árbitro de futbol “dio en la tecla” por qué lograr el compromiso del sector privado es fundamental para potenciar las instituciones deportivas, y este tipo de proyectos podrían marcar un antes y un después a muchas instituciones civiles, premiando el mérito de las que hacen y saben hacer bien los deberes. 

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