Murió Alejandro San Millán, exintendente de la Capital y figura del justicialismo salteño

Alejandro San Millán murió a los 65 años luego de atravesar una prolongada enfermedad. Fue ex intendente de la ciudad de Salta, ex presidente de la Cámara de Diputados y uno de los dirigentes históricos del Partido Justicialista, con una presencia constante en la vida institucional de la provincia tanto desde el Poder Legislativo como desde el Ejecutivo municipal.

Había nacido en la ciudad de Salta el 25 de noviembre de 1960. Era el menor de siete hermanos, hijo de Julio Argentino San Millán y Dora Alicia Ávila Alemán. Estaba casado con María Amalia de los Ríos y era padre de dos hijos, Alejandro y Francisco. Si bien su carrera política se desarrolló mayormente en la capital, mantuvo siempre una fuerte pertenencia a Chicoana, donde residía y donde se desempeñó durante años como productor tabacalero.

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Su militancia política comenzó a principios de la década del ’80, con el retorno de la democracia. Su primer cargo público fue como secretario de Gobierno de la Municipalidad de Chicoana, entre 1987 y 1989. Luego fue diputado provincial por ese departamento durante dos períodos consecutivos (1989–1996), para posteriormente representar al departamento Capital entre 1996 y 2001.

Su paso por la Cámara de Diputados lo convirtió en uno de los dirigentes de mayor peso institucional de la década. Fue elegido presidente del cuerpo en cuatro períodos consecutivos entre 1996 y 1998, y volvió a ocupar esa responsabilidad hasta el año 2001. Durante su gestión parlamentaria se sancionaron 164 leyes, varias de ellas consideradas claves en materia institucional, laboral, sanitaria y patrimonial.

Entre las normas más relevantes de ese período se destacan la Ley 6851, que suspendió por 60 días los juicios contra el Estado provincial; la Ley 6856, de protección estricta del patrimonio histórico, cultural y arquitectónico de la ciudad de Salta; la Ley 6860, que habilitó la expropiación de inmuebles del Ingenio San Isidro para la creación de un parque industrial; la Ley 6899, de promoción del empleo; la Ley 6903, que aprobó el estatuto de los trabajadores de la salud; la Ley 6946, que estableció la bandera oficial de la provincia; la Ley 6999, vinculada a la conservación patrimonial del casco histórico de Cachi; y la Ley 7015, de expropiación de un inmueble en el departamento Metán.

El 16 de noviembre de 2001 asumió como intendente de la ciudad de Salta, en un contexto económico y social adverso para el país y la provincia. Su gestión se extendió hasta el 9 de diciembre de 2003 y representó el punto más alto de su carrera ejecutiva, gobernando en medio de una de las crisis más profundas desde el retorno democrático.

Quienes trabajaron con él destacan especialmente su cercanía con la ciudadanía y su estilo de militancia permanente. “Siempre tuvo un lugar para recibir y escuchar, más allá del cargo que ocupara. No abría una sede para una elección y la cerraba al día siguiente: trabajaba todo el año”, recordó un familiar, al describir su compromiso cotidiano con la política territorial.

Tras un período alejado de la vida pública, en 2019 volvió a competir como precandidato a diputado provincial por la Lista 222 Unidad Justicialista del Frente de Todos. En ese contexto reflexionó sobre el presente de la política y la pérdida de identidad partidaria: “Es necesario recuperar los partidos y que cada uno vuelva a las fuentes, porque hoy la política se hace en las redes y nos convertimos en candidatos virtuales”, sostuvo entonces.

También reafirmó su posicionamiento ideológico y su pertenencia histórica al justicialismo. “Sigo siendo justicialista, pero no podía acompañar a Macri, porque ese es mi límite”, expresó en aquella oportunidad, al explicar su alineamiento político en la provincia con Juan Carlos Romero y a nivel nacional con Sergio Massa.

La muerte de Alejandro San Millán deja un vacío significativo en el justicialismo salteño y en la dirigencia provincial. Su extensa trayectoria institucional, su rol en momentos clave de la política local y su vínculo permanente con la gente conforman un legado que hoy es recordado por quienes compartieron camino con él.