El gobierno consiguió aprobar la ley ómnibus, con el apoyo de los gobernadores

Solo el peronismo y la izquierda se opusieron. Los radicales de Manes se abstuvieron. El oficialismo mantuvo un sólido apoyo de los diputados que responden a los gobernadores.

Política01/05/2024José Alberto CoriaJosé Alberto Coria
Manes

El oficialismo confirmó los pronósticos y consiguió una sólida mayoría para aprobar en general la ley ómnibus, que tuvo el apoyo de 142 diputados.

La Libertad Avanza mantuvo los acuerdos a salvo y la ley fue rechazada únicamente por 106 diputados de Unión por la Patria, el Frente de Izquierda y los socialistas. En tanto, los radicales de Facundo Manes y la lilita Mónica Frade se abstuvieron. Durante la semana, los diputados daban por descontada la aprobación de la ley, que ahora tendrá una parada más compleja en el Senado.

El oficialismo tuvo el respaldo completo del bloque del PRO y casi la totalidad del radicalismo, además del grueso del bloque de Miguel Pichetto donde sólo se desmarcaron los socialistas Mónica Fein y Esteban Paulón y la cordobesa Natalia de la Sota. La lilita Frade fue la única que se abstuvo, a pesar de las críticas de Carrió.

El resto de los votos positivos fueron aportados por los gobernadores. Los 8 que integran el bloque Innovación Federal y responden a Gustavo Sáenz (Salta), Hugo Passalacqua (Misiones) y Alberto Weretilneck (Río Negro); los 3 de la bancada Independencia integrada por los tucumanos de Osvaldo Jaldo; los 2 santacruceños que responden a Claudio Vidal; y el neuquino Osvaldo Llancafilo que responde a Rolo Figueroa. No hubo tampoco rebelión de los cordobeses de Martín Llaryora.

Tras la votación en general, el oficialismo luego se metió en la pelea por mantener todos los artículos y consiguió el apoyo para las privatizaciones y facultades delegadas, el corazón de la ley. Martín Menem bloqueó otro intento del kirchnerismo por votar por separado los 13 artículos  más conflictivos de la ley y se votará los capítulos completos.  

El cierre de los jefes de bloque arrancó con la intervención de Nicolás del Caño, quien acusó a los que respaldaron el proyecto de haber "entregado a los trabajadores". Luego, Miguel Pichetto retó a casi todos los diputados pero en particular a Bertie Benegas Lynch. "La ley va a salir por el esfuerzo de la política", dijo dirigiéndose al legislador libertario.

Con un encendido discurso, Rodrigo De Loredo justificó la postura favorable de su bloque. "Este bloque no apoya al gobierno sino al pueblo argentino", aclaró, y agregó que "este gobierno está llevando adelante un ajuste con una voracidad fiscal arrolladora, que lo argumenta desde lo teórico pero lo lleva delante de forma cruel".

El macrista Cristian Ritondo expresó una perspectiva similar, aunque sin el entusiasmo de su par radical. "Estoy seguro que cuando termine este día podremos decir que el presidente Milei y su gobierno tendrá las herramientas necesarias y el apoyo del PRO", concluyó.

En representación de Unión por la Patria, cerró las intervenciones Leopoldo Moreau, quien apeló a las nociones de "vasallaje" para aludir al articulado en debate. "El Presidente dice que va a invitar el 25 de mayo a los que voten esta ley. Con nosotros que se ahorre la invitación y los canapés", aseveró.

De Loredo

Finalmente, fue el turno del titular de la bancada de La Libertad Avanza, Gabriel Bornoroni, quien consideró que la ley ómnibus es "para los trabajadores de la Argentina". "El objetivo de esta ley es hacer una reforma del Estado", dijo, y reivindicó que se van a "disolver organismos" para "terminar con el Estado elefante".

El oficialismo había entrado en pánico pasadas las 4 de la mañana, cuando los kirchneristas Martín Soria y Germán Martínez pergeñaron una moción para que se votara. La intención era demostrar que no había quórum para que cayera la sesión pero el experimentado Miguel Pichetto salvó a los libertarios y les pidió que dejaran de "chicanear". Presidiendo circunstancialmente la sesión, el radical Julio Cobos no concedió la iniciativa, alegando que mientras se debate el cuerpo puede permanecer con menos de los 129 legisladores necesarios.

La jugada fue posible porque los presidentes de bloque habilitaron a una parte de sus diputados para irse a descansar. La iniciativa sorpresiva de los dos peronistas los obligó a retornar a todos. "Estaba dormido en los brazos de mi chica y me acaban de cagar a llamados, porque hay que volver para que no se caiga la sesión", confesaban en la oficina de un bloque aliado.

El debate parlamentario, que había arrancado el martes después del mediodía, continuó con la discusión por capítulos, instancia que puede generar sobresaltos a la bancada conducida por Bornoroni, quienes están comprometidos con el régimen de incentivo a las grandes inversiones, la restitución del impuesto a las Ganancias y la base de la delegación de facultades al Presidente en materia administrativa, lo que le permitiría disolver, fusionar o modificar organismos del Estado.

Durante el despliegue de la larga lista de oradores en recinto, los libertarios siguieron negociando con los aliados para destrabar los puntos más problemáticos. Por eso, se especulaba al cierre de esta nota que el primer choque se produciría al darle tratamiento al capítulo 3, que contiene una larga lista de entes e institutos exceptuados del alcance de la delegación legislativa a la Casa Rosada.

Sin embargo, esa nómina solo evitaría la disolución de los organismos que allí figuran pero no los salvaría de la fusión o la modificación, incluida la provincialización y su desfinanciamiento. Por esa razón, los diputados opositores se convirtieron en vehículos de delegados gremiales de esas reparticiones que pedían la incorporación de sus entes pero Bornoroni dio este martes por cerrada la planilla de Excel donde los anotaba hasta la semana pasada. Tal decisión arriesgaría la suerte de ese artículo.

Para el caso del RIGI, pequeñas y medianas empresas, cámaras como Adimra y sindicatos como el de los aceiteros manifestaron su rechazo y contaron con enviados para reunirse con diputados aliados. "Abogados, contadores, empresarios y cámaras nos rogaron que no votáramos a favor del RIGI", admitían en un despacho del radicalismo.

Menem

La restitución del impuesto a las Ganancias también sería otro de los puntos conflictivos. La negativa de la Coalición Cívica puso en jaque ese fragmento del proyecto y el oficialismo, que ya venía explorando la posibilidad de contar con el apoyo de legisladores peronistas de las provincias del norte argentino, sintió que esas voluntades resultaban imprescindibles. Desde el entorno de Martínez aseguraban hasta el martes por la noche que el bloque de UP se mantendría firme en el rechazo en pleno, aunque los legisladores catamarqueños, alineados con el gobernador Raúl Jalil, podrían votar a favor del gravamen.

Al momento de la votación en general, cerca de Bornoroni transmitían también optimismo para los temas más ríspidos. En los palcos y por momentos hablando directamente con su primo, supervisaba el trámite el subsecretario general de la Presidencia, Lule Menem, hombre de Karina Milei, que también se acercó a la cámara en un momento delicado de la sesión.

Cuando la ley se votó en general, festejaron en otro de los palcos, el ministro del Interior, Guillermo Francos y el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, dos de los funcionarios que más remaron para que se sancione la ley. 

Francos

Con información de LPO

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