Bajo el lema “Urkupiña, oración y ofrenda, pan eucarístico que nos hermana”, se realizará desde mañana el rezo de la novena en honor a la virgen de Urkupiña.
Sociedad05/08/2024
Por Expresión del Sur
La Virgen de Urkupiña es una advocación de la Virgen María, que se venera el 15 de agosto en la ciudad de Quillacollo, que se encuentra a 13,85 km de la ciudad de Cochabamba, en Bolivia.
La advocación recuerda la aparición de la Virgen María, en el Cerro Quta.
En Salta las celebraciones centrales se cumplen en la Iglesia del Pilar cuyo párroco Javier Mamaní dispuso horarios de misa todos los días y con los rezos del novenario en cada una de ellas.
La procesión se realiza el día 15 de agosto y termina con una misa en el Campo la Cruz.
Son habituales durante la novena que distintos grupos de fieles lleguen a la parroquia con sus ofrendas a la virgen, y se escuchen los sones de la música tradicional con sus morenadas y sayas.
También se ubican los carritos con las ventas de ofrendas, de agradecimientos y pedidos para la virgen, que fue ganando con los años, un espacio en el calendario religioso en Salta.
En un principio solo eran habituales, los rezos en las casas, de acuerdo a invitaciones y familias celebrantes, que agasajaban a los invitados con comidas y bebidas tradicionales.
Hoy los actos centrales corresponden a la parroquia del Pilar y algunos festejos se mantienen.
Los fieles todavía recuerdan cuando en julio del 2014, llegó la imagen desde Bolivia y por varios días recorrió las parroquias salteñas. Inclusive la catedral basílica abrió sus puertas para esta devoción.
El propio arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, dijo que “la devoción a la Virgen supera las fronteras de la República Boliviana”.
Así fieles de todos los sectores visitaron a la imagen ubicada en la nave central.
Cuenta que una niña en 1700 en Quillacollo, dedicada a la crianza de ovejas, llegó al cerro y cada vez que iba se demoraba en regresar. Alertados sus padres preguntaron qué pasaba; contó la niña que hablaba con una señora que tenía un bebe en los brazos.
Los padres avisaron al sacerdote que pidió que cuando la vean aparecer de nuevo, le avisaran.
Así el 15 de agosto de 1700 la niña llegó corriendo anunciando la presencia de la señora en quechua: “Orqhopiña! ¡Orqhopiña! ¡Orqhopiña!”, que en castellano quiere decir “Ya está en el cerro”.
Cuando todos llegaron vieron a la virgen ascendiendo a los cielos con su bebé en los brazos.
Tras la visita de la imagen a Salta en 2014, se comenzó con una campaña que señalaba que se construiría un santuario en cercanías de Villa Solidaridad.
Así se abrió una cuenta bancaria para depositar todo lo que se pudiera, en pos de concretar el homenaje a la Virgen de Urkupiña, todo esto avalado por el arzobispado.
Pasados los años nada se sabe aún de esta construcción que tanto animaba a los fieles y que daría la posibilidad de un homenaje permanente a la virgen que cuenta en Salta con muchos fieles.
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