Cargnello a jóvenes de Metán: "Sean agentes de cambio y transformen con fe"

La festividad en honor al Señor y la Virgen del Milagro en Metán reunió a más de 8.000 personas para celebrar dos eventos importantes en la historia local: el 76º aniversario del terremoto de 1948 y el 51º aniversario de la coronación de las imágenes de los Patronos Tutelares en 1973. La jornada comenzó con una emotiva procesión que atravesó las calles de la ciudad, llevándolos al templo para una misa especial presidida por el Arzobispo Mons. Mario Antonio Cargnello.

Al llegar a la iglesia, se procedió a la liturgia a cargo del Padre Donald, seguida de la homilía ofrecida por Mons. Cargnello, quien reflexionó sobre la fe y la historia, centrando su discurso en el legado espiritual desde la época de Josué, el sucesor de Moisés.

En sus palabras, Cargnello destacó la importancia de mantener vivo el pacto con Dios, tal como lo hizo Josué al guiar al pueblo de Israel hacia la Tierra Prometida. “Nuestra fe es una fe que nace y se alimenta de la libertad. Elegir seguir al Señor es rememorar y reconocer la historia vivida por nuestros padres y abuelos”, afirmó el arzobispo quien instó a los fieles a fortalecer su compromiso con Dios y a preservar los valores que sustentan su fe.

Mons. Cargnello también dedicó un momento especial para recordar la figura de Mons. José Vicente Tejerina, quien fue un pilar fundamental en la historia de la Iglesia en Salta. Tejerina, conocido por su profunda devoción y liderazgo pastoral, fue el principal organizador del Séptimo Congreso Eucarístico Nacional celebrado en Salta en 1974. Bajo su guía, el congreso se convirtió en un evento de gran relevancia espiritual, no solo para la provincia, sino para toda la Argentina. “Mons. Tejerina no solo fue un pastor comprometido, sino también un visionario que supo fortalecer la fe del pueblo salteño a través de la Eucaristía”, resaltó Cargnello.

Cargnello continuó diciendo: “Sin la Eucaristía no hay iglesia. La Eucaristía es el acto de amor de Dios que se hace presente entre nosotros”. Subrayó que Tejerina siempre promovió una vivencia profunda de la Eucaristía como fuente de vida y de unidad en la comunidad cristiana. El arzobispo reiteró que la verdadera libertad es la que se manifiesta en el servicio a los demás, tal como enseñaba Tejerina, quien fue un ferviente defensor de los valores cristianos de amor y solidaridad.

“La libertad que el Señor nos da es una libertad para dar la vida por los demás, para servir a nuestros hermanos y hermanas”, afirmó Cargnello al tiempo que subrayó que la fe cristiana no debe ser una mera costumbre, sino una vivencia auténtica y comprometida con los valores de amor y servicio.

Asimismo, invitó a los presentes a recordar la historia de los antiguos pactos de Dios con su pueblo, resaltando que el pacto hecho con el Señor es una renovación continua que debe ser vivida con sinceridad y devoción. “Al renovar el pacto, estamos reafirmando nuestro compromiso con el Señor y nuestra disposición a vivir según sus enseñanzas”, concluyó.

El Padre Carlos Castillo, quien es el párroco de la Iglesia del Milagro donde se celebró el evento, también participó en la ceremonia y animó a los fieles a cantar el himno del Séptimo Congreso Eucarístico Nacional de 1974 antes de la renovación del pacto. La ceremonia de renovación incluyó el juramento de fidelidad al Señor del Milagro y a la Virgen Inmaculada, con promesas de protección y defensa para la comunidad y la Nación. La comunidad respondió con fervor, reafirmando su devoción y agradecimiento.

Seguidamente, el Señor y la Virgen del Milagro regresaron al templo. La Virgen, conducida y acompañada por los gauchos, fue llevada a su lugar en el interior del templo, donde se celebró la Santa Misa. Los fieles metanenses, con pañuelos en alto y el corazón lleno de fervor, despidieron a nuestra Madre. Aunque las despedidas suelen ser dolorosas, despedirse de la Virgen no causa tristeza; al contrario, ella siempre sale a nuestro encuentro. Por eso, los presentes cantaron su himno con entusiasmo, acompañados por la banda de música municipal que, además, celebraba su 46º aniversario.

Con pañuelos alzados, la comunidad agradeció a la Virgen del Milagro por acompañarlos un año más con su protección materna. Al grito de "¡Viva la Virgen del Milagro!" y "¡Viva nuestra Madre del Cielo!", los fieles proclamaron su amor y devoción, reconociendo a la Virgen como la Madre que enseña el valor de la maternidad, guía a los discípulos y misioneros de Cristo, y reina desde el servicio. Con un sentido "¡Gracias Madre Nuestra!", los presentes elevaron sus pañuelos y sus corazones en un emotivo acto de fe y gratitud.

Finalmente, custodiado por personal de Infantería, el Señor del Milagro también ingresó al templo, llenando de inquietud y fervor a los corazones de los fieles. “Nos has dejado inquietos, no podemos permanecer tranquilos mientras muchos están sin conocerte. Señor del Milagro, quédate con nosotros, que ya se ha hecho de noche. Quédate con cada cristiano metanense que hoy, más que nunca, proclama que tú eres nuestro y nosotros somos tuyos”, resonó en la voz de los presentes.

Al grito unánime de "¡Viva el Señor del Milagro!" y "¡Viva el Señor que nos salva!", los fieles despidieron la celebración con el compromiso de continuar proclamando su fe y agradeciendo por la presencia divina en sus vidas.

La comunidad, unida en la fe, fue acompañada por el intendente José María Issa, el senador nacional Sergio Leavy, los diputados provinciales Nancy Jaime, Gustavo Dantur, Sebastián Otero, el presidente del Foro de Intendentes, Marcelo Moisés, así como concejales y miembros del ejecutivo municipal de San José de Metán y de localidades vecinas.

Fotografías: Dina Cardozo, Patricia Ayala y Municipalidad de San José de Metán