En el juicio por la cárcel, un testigo reticente quedó bajo demora judicial

En el marco de la audiencia por hechos ocurridos en la Unidad Carcelaria 1, el Tribunal dispuso la demora de un testigo que se mostró reticente y cayó en contradicciones durante su declaración.

Judiciales28/08/2025Por Expresión del SurPor Expresión del Sur
Juicio - carcel 1

En una nueva jornada de la audiencia de debate seguida contra funcionarios del Servicio Penitenciario de Salta, internos y familiares, declararon cuatro funcionarios penitenciarios de la Unidad Carcelaria N°1, un interno y un exinterno del establecimiento.

La primera en comparecer fue una funcionaria que entre 2022 y 2023 se desempeñó como jefa del sector de requisas. Relató que, al ingreso del penal, el personal era sometido a controles mediante palpación y que las pertenencias pasaban por scanner. Consultada sobre la realización de requisas sorpresivas, indicó que estaban contempladas en la normativa, aunque aclaró que durante su gestión no se aplicaron.

Posteriormente declaró un encargado de pabellón que cumplió funciones entre 2022 y 2024. Explicó que ante faltas disciplinarias de los internos se labran actuaciones que luego son elevadas al Consejo Correccional. Precisó que los jefes de pabellón son quienes llevan el registro de conducta y concepto de cada detenido, mientras que los encargados de sector no tienen acceso a esa documentación.

Seguidamente prestó testimonio un exinterno, cuya madre y hermanas ya habían declarado en relación a transferencias de dinero vinculadas a uno de los acusados. A pedido del testigo, la sala fue desalojada. Señaló que solicitaba a sus familiares el envío de dinero para pagar el alquiler de un teléfono y el servicio de conectividad dentro del penal. Dijo que otro interno le entregaba un papel con la CBU y nombre del titular de la cuenta, y que los montos variaban según el tiempo de uso.

En este tramo de la audiencia, la Unidad Fiscal —integrada por el procurador general Pedro García Castiella y los fiscales penales Ana Inés Salinas Odorisio, Gustavo Torres Rubelt y Santiago López Soto— interrogó al testigo sobre sus declaraciones previas. Sin embargo, este se mostró reticente y cayó en contradicciones. Ante ello, el Tribunal le recordó en dos oportunidades que se encontraba bajo juramento.

A pedido de la Fiscalía, se le dio lectura a pasajes de su testimonio anterior, en el que había calificado al Servicio Penitenciario de “feroz, corrupto y perverso” y señalado a uno de los imputados como cabecilla encargado de ingresar teléfonos y estupefacientes durante los cambios de guardia. El testigo evitó dar precisiones y mantuvo su postura evasiva.

Frente a esa actitud, los jueces advirtieron que resultaba evidente el temor del testigo a declarar. Finalmente, resolvieron que permanezca demorado con consigna policial, bajo resguardo de su seguridad, hasta la próxima audiencia en que volverá a ser convocado.

En último término, declaró un interno citado por una de las defensas, quien manifestó no recordar ni tener conocimiento sobre los hechos investigados.

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