¿Tradición o dolor ajeno?

Cada Nochebuena vuelve la misma discusión y, con ella, el mismo ruido. No solo el de la pirotecnia, sino el de una sociedad que todavía tiene dificultades para escucharse | Por José Coria

Opinión26/12/2025José Alberto CoriaJosé Alberto Coria
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En las últimas horas, Expresión del Sur realizó una consulta abierta a vecinos de distintas localidades del sur salteño para conocer cómo se vivió la Nochebuena con la prohibición de la pirotecnia sonora. La respuesta fue masiva. Cientos de comentarios, relatos y opiniones dejaron al descubierto algo más profundo que el simple cumplimiento o no de una ordenanza: una comunidad atravesada por el conflicto entre tradición, costumbre y empatía.

Defender una tradición es legítimo. Las costumbres forman parte de nuestra identidad y de la memoria colectiva. Pero toda tradición merece ser revisada cuando empieza a causar daño. Y la pregunta que surge con fuerza, a partir de lo que contó la gente, es directa: ¿puede sostenerse una celebración cuando el costo es el sufrimiento de otros?

PIROTECNIA CEPirotecnia sonora cero: se cumplió en pocos pueblos y falló en la mayoría

Los testimonios recogidos no hablan de una discusión teórica. Hablan de niños con autismo que atravesaron crisis, de personas con discapacidad angustiadas, de adultos mayores desorientados y de animales aterrados. Son vivencias concretas, narradas por familias reales, que se repiten cada año y que muchas veces quedan invisibilizadas.

Al mismo tiempo, la consulta también expuso la otra mirada. Vecinos que defienden la pirotecnia como parte de las fiestas, como una tradición de toda la vida o como una fuente de trabajo. Esa postura existe, y negarla sería desconocer una parte de la realidad social que también se expresó con claridad.

Pero justamente allí aparece el verdadero desafío colectivo. No se trata de imponer silencios ni de descalificar al otro, sino de preguntarnos como comunidad si la alegría de algunos puede seguir construyéndose a costa del dolor ajeno. Si no es tiempo de repensar prácticas y buscar formas de celebración que no dejen heridos en el camino.

La consulta abierta de Expresión del Sur no busca cerrar el debate, sino abrirlo. Poner sobre la mesa lo que muchos sienten y pocos escuchan. Porque una sociedad que se anima a escucharse, incluso cuando duele, es una sociedad que todavía tiene la posibilidad de cambiar.

Tal vez el punto de partida no esté en una ordenanza, sino en algo más simple y más profundo: la empatía ciudadana. Entender que convivir también es ceder, y que ninguna tradición vale más que el bienestar de quienes viven a nuestro lado.

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