Su último gesto: donar vida a través de un operativo de ablación múltiple

La cadena de vida se activó en Salta gracias a una decisión solidaria: donar para que otros vivan.

Interés General03/06/2025Carolina SaraviaCarolina Saravia
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La comunidad de Rosario de Lerma amaneció este martes envuelta en una profunda tristeza tras conocerse el fallecimiento de Sarita Gerez, exconcejal y figura entrañable de la política local. Tenía solo 48 años y una trayectoria marcada por el trabajo cercano con los vecinos y los sectores más vulnerables del Valle de Lerma.

En las primeras horas del día, mientras la noticia de su partida se esparcía entre mensajes de despedida, un fuerte operativo sanitario se desplegó en la ciudad de Salta. Sirenas, ambulancias y personal de tránsito trabajaron coordinadamente para llevar adelante un procedimiento de ablación múltiple, del que participó un equipo médico del sistema de salud provincial junto con el INCUCAI.

Aunque no hubo confirmación oficial, trascendió que Sarita sería la donante cuyo acto permitirá salvar o mejorar la calidad de vida de múltiples personas. El operativo fue tan preciso como emotivo: tres ambulancias escoltadas, más de 10 profesionales y una logística cronometrada permitieron completar en tan solo 8 minutos el trayecto desde el Aeropuerto Martín Miguel de Güemes hasta la Clínica iMac, donde se realizaron las intervenciones.

Durante la media mañana se programó el regreso al aeropuerto, donde un vuelo sanitario aguardaba con los órganos para su destino final: pacientes de todo el país en lista de espera nacional.

Un legado de compromiso, incluso en la despedida

Sarita Gerez deja una huella imborrable. Quienes la conocieron destacan su calidez, su sencillez y su compromiso permanente con los que menos tienen. Hoy, incluso en el momento más doloroso, su decisión de donar vida se convierte en un acto supremo de solidaridad, coherente con toda una vida de entrega.

Desde el sistema de salud provincial se reiteró la importancia de manifestar en vida la voluntad de donar. Una sola persona puede salvar hasta ocho vidas, y Sarita, con su último gesto, eligió seguir ayudando.

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