Septiembre Amarillo: prevenir el suicidio es responsabilidad de todos

En el marco de Septiembre Amarillo, especialistas en salud mental destacan la importancia de la prevención del suicidio como un compromiso de toda la comunidad. El Lic. Serrano Urdanibia señala que identificar señales de alerta, fomentar la comunicación y brindar acompañamiento son pasos fundamentales para proteger la vida y fortalecer los lazos sociales.

Actualidad05/09/2025Xiomara DíazXiomara Díaz
Prevencion del suicidio (3)

El abordaje de la salud mental constituye un desafío complejo y sensible. Durante años, ciertos temas permanecieron en silencio, y el suicidio fue uno de ellos. Hablar sobre ello no es fácil; el temor al efecto contagio o al escándalo llevó a que muchos lo omitieran. Sin embargo, desde el Centro Integrador Comunitario de Metán, con el apoyo de la gestión del intendente José María Issa, se busca romper estos silencios mediante espacios de prevención y acompañamiento, especialmente durante septiembre, mes dedicado a la concientización sobre el suicidio.

El Licenciado Fernando Serrano Urdanibia, psicólogo con amplia trayectoria, participó de una charla en la que destacó la necesidad de hablar de manera responsable y abierta. “Durante años se pensó que mencionar el suicidio podía generar un efecto de contagio. Hoy, la evidencia de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud demuestra que se puede hablar del tema, siempre que sea con un enfoque preventivo y concientizador”, explicó.

Para Serrano Urdanibia, los tabúes son un obstáculo. “Cuando hablamos de tabú, nos referimos a algo que existe en la sociedad pero de lo que nadie habla. El suicidio, al igual que la sexualidad o la educación sexual integral, ha sido históricamente un tema silenciado. No hablar de estos asuntos no los elimina; lo que hace es dificultar la prevención”, sostuvo.

Prevencion del suicidio (2)

Subrayó que los adolescentes constituyen uno de los grupos más vulnerables. “La falta de comunicación con los padres, la escasa contención familiar y la influencia del grupo de pares son factores determinantes. La exposición temprana a redes sociales y plataformas digitales, muchas veces en busca de respuestas rápidas, también juega un rol crítico”, señaló.

Serrano Urdanibia explicó que las señales de alerta pueden ser visibles o invisibles. “Expresiones como ‘me siento vacío’ o ‘no tengo ganas de vivir’ pueden pasar inadvertidas, incluso cuando el joven parece activo, feliz o integrado. La prevención requiere atención, observación y acompañamiento oportuno, tanto de la familia como de docentes y profesionales de la salud”, indicó.

Desmitificar la culpa y reforzar la prevención

El especialista destacó que no se trata de responsabilizar a los padres ni a los jóvenes, sino de comprender un fenómeno multifactorial. “Los comentarios del tipo ‘lo tiene todo, ¿qué le falta?’ o ‘es un caprichoso’ muestran desconocimiento. No podemos esperar que los adolescentes expresen sus necesidades de manera literal; muchas veces buscan apoyo en lugares externos cuando no lo encuentran en casa”, advirtió.

Asimismo, subrayó la importancia de la educación y de la comunicación consciente. “Muchos padres no asisten a talleres o charlas preventivas, a pesar de que son gratuitos y están disponibles. Esto reduce la eficacia de las estrategias de prevención. La comunidad debe comprometerse, y la prevención comienza con cada uno de nosotros”, puntualizó el psicologo en una entrevista en Spacio TV.

El papel de la sociedad y los medios

Serrano Urdanibia también analizó cómo la sociedad y los medios influyen en la percepción del suicidio. “Cuando un hecho ocurre y se difunde de manera irresponsable, con datos inexactos o sensacionalistas, se produce un efecto negativo que puede influir en otros. La prevención no consiste en censurar, sino en informar de manera correcta y respetuosa”, afirmó.

Destacó además la importancia de enfoques complementarios; psicología, psiquiatría, educación y, en ciertos casos, la dimensión religiosa. “La prevención es multidimensional. La Iglesia, la familia, los profesionales y la comunidad deben actuar de manera conjunta. Sin participación activa de la comunidad, los riesgos se multiplican”, explicó.

“Necesitamos abrirnos, ser humanos y empáticos. La prevención requiere un compromiso social genuino: no basta con palabras; se necesita acción y participación”, concluyó.

Durante septiembre, el CIC de Metán continuará desarrollando talleres y charlas preventivas, reforzando la idea de que hablar de suicidio de manera responsable salva vidas. La propuesta es clara: construir una comunidad consciente, alerta y comprometida con la salud mental, desde la escucha, la educación y la empatía.

 

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