Acompañó a su hijo y terminó siendo la revelación del torneo en lucha de brazos

Una docente de Joaquín V. González sorprendió en un torneo provincial de lucha de brazos: acompañó a su hijo al certamen, se inscribió a último momento y terminó obteniendo dos medallas de plata.

Deportes18/11/2025Xiomara DíazXiomara Díaz
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En la ciudad de Salta, un certamen de lucha de brazos reunió el fin de semana a competidores de distintos puntos del país. Entre ellos se presentó una docente que, sin haberlo previsto, terminó convirtiéndose en una de las protagonistas del torneo.

Giselle Torres, oriunda de González y radicada en Aguaray por motivos laborales, había viajado para acompañar a su hijo Lisandro, de 17 años, quien se inscribió por primera vez en una competencia organizada por el equipo salteño “Brazo Gaucho”. El joven disputó nueve enfrentamientos y logró imponerse en seis de ellos, incluso ante oponentes de mayor edad y experiencia. Su desempeño, aunque no le alcanzó para subir al podio, fue considerado una actuación sólida para un debutante en la disciplina.

La jornada tomó otro rumbo cuando Torres observó que varias mujeres participaban en las categorías femeninas. Sin entrenamiento específico y únicamente con la intención de acompañar a su hijo, decidió sumarse al cuadro competitivo. Se anotó en las dos modalidades —brazo derecho e izquierdo— y avanzó con seguridad en cada una de ellas hasta obtener los puntajes necesarios para alcanzar el segundo puesto en ambas categorías. Regresó a su casa con dos medallas de plata y una experiencia que, según sus palabras, no esperaba vivir.

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Durante el torneo, madre e hijo establecieron contacto con representantes de “SaiyaGym”, un equipo de El Galpón que entrena y compite en este tipo de certámenes. La idea de incorporarse a sus prácticas durante las próximas vacaciones quedó planteada como una posibilidad, en busca de la técnica que ambos reconocen como necesaria para progresar en la disciplina.

Torres también expresó su reconocimiento hacia la dirección de la Escuela N°5006 Mariano Moreno, donde trabaja, por haberle permitido asistir al evento sin afectar sus obligaciones del último viernes. Un detalle que, según explicó, hizo posible su participación.

En una competencia marcada por el esfuerzo personal y la camaradería deportiva, la docente y su hijo cerraron un fin de semana que dejó una anécdota poco común; un viaje pensado para acompañar terminó revelando un talento que, hasta entonces, parecía dormido. Una historia simple, familiar y con el sello del deporte amateur de la región.

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