Quién es María Rosaura: un angelito que murió en Metán y hace milagros

Una niña de tan solo seis años, María Rosaura Paredes, falleció en junio de 1979 tras sufrir atroces torturas a manos de su propio padre en Metán. Sin embargo, su tumba en el cementerio San José se convirtió en un lugar de devoción, donde miles de personas juran que concede milagros y favores a quienes la visitan.

Sociedad31/08/2023Xiomara DíazXiomara Díaz
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Mausoleo de María Rosaura Paredes

En junio de 1979, la pequeña María Rosaura Paredes dejó este mundo a la temprana edad de seis años, pero su memoria y legado continúan vivos en la localidad de Metán, ubicada a 140 kilómetros al sur de la capital salteña. La trágica historia de la niña tomó un giro inesperado a lo largo de los años, convirtiéndola en un símbolo de devoción y esperanza para miles de personas.

María Rosaura sufrió un destino cruel a manos de su propio padre, Ángel Manuel Paredes, cuando apenas era una niña inocente. Tras agonizar durante varios días en un ahora desaparecido sanatorio de Metán, perdió la vida debido a los terribles abusos y torturas infligidos por su progenitor. Este doloroso episodio marcó el inicio de una historia que resonaría en la comunidad.

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Desde su fallecimiento, la tumba de María Rosaura en el cementerio metanense San José se convirtió en un lugar de encuentro para aquellos que buscan su intercesión. La comunidad comenzó a atribuirle la capacidad de hacer milagros y conceder favores. A lo largo de los años, el lugar ha sido adornado con flores, velas, placas de agradecimiento, obsequios, cartas y juguetes, dejando una marca tangible de la devoción que le profesan.

En 2004, el Padre Horacio Rivadeneira, cura párroco de esa ciudad fue testigo de este fenómeno creciente. Expresó: "En Metán mucha gente recuerda la memoria de esta niña, que sufrió un atropello horrible y murió a causa de ello, y que se ha convertido en una expresión de carácter religiosa y popular". A medida que la gente ha recurrido a María Rosaura en busca de ayuda divina, surgieron historias de favores concedidos, consolidando aún más su estatus especial.

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La devoción a María Rosaura llevó al límite la capacidad de uno de los pasillos del cementerio San José para albergar las ofrendas y la afluencia de visitantes, fue entonces cuando el Padre Rivadeneira solicitó a las autoridades municipales que consideraran trasladar los restos de la niña a un lugar más espacioso dentro del cementerio, para permitir a los devotos acercarse de manera más cómoda y adecuada.

Sin embargo, esta historia de fe y devoción no estuvo exenta de dificultades. En 2022, el mausoleo de María Rosaura fue saqueado, con juguetes y ofrendas sustraídos por desconocidos. Esta acción generó indignación en la comunidad, que lamentó el irrespeto hacia el lugar que consideran sagrado.

A pesar de los desafíos y altibajos, la historia de María Rosaura Paredes perdura como un ejemplo de la capacidad humana para encontrar consuelo y esperanza en medio de la tragedia. Su memoria vive en los corazones de aquellos que buscan su intercesión y encuentran fuerza en su historia de sufrimiento y, según muchos creen, de milagros.

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