Despertá tu bienestar con la siesta: el secreto de 20 minutos que potencia tu salud

La siesta, un hábito ancestral que se posiciona como un aliado poderoso para el bienestar físico y mental.

Opinión 16/05/2024 Xiomara Díaz Xiomara Díaz
Siesta

La práctica ancestral de la siesta, más allá de ser un simple descanso, nace como un potente aliado contra el estrés y protector del corazón, según estudios recientes. En una sociedad marcada por el ritmo acelerado y las exigencias diarias, la siesta ofrece un momento de relajación y recuperación de energías que contribuye a mejorar el estado de ánimo y la salud en general.

Investigaciones científicas demostraron que la siesta puede tener efectos positivos tanto físicos como mentales en las personas. Desde la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares hasta la mejora de la concentración y la memoria, sus beneficios son diversos y significativos.

En Argentina, donde la costumbre de la siesta está profundamente arraigada, especialmente en provincias del norte y zonas rurales, se observa una ventana temporal entre las 13 y las 16 horas, período ideal para este breve descanso post almuerzo. Sin embargo, más allá de la tradición, la ciencia respalda su práctica como una herramienta efectiva para el bienestar.

¿Cuánto tiempo debe durar una siesta ideal?

Según estudios realizados por la NASA y la Fundación del Sueño de los Estados Unidos, la duración óptima de una siesta oscila entre los 20 y 30 minutos. Este intervalo de tiempo permite alcanzar un sueño ligero que incrementa el estado de alerta sin inducir un sueño profundo, asegurando así una recuperación efectiva y sin sensación de somnolencia posterior.

Consejos para una siesta efectiva

Para aprovechar al máximo los beneficios de la siesta, es importante elegir un lugar tranquilo y cómodo, preferiblemente oscuro y con una temperatura agradable. Limitar la duración de la siesta y mantener un horario regular también son recomendaciones clave para garantizar su efectividad.

Asimismo, se aconseja evitar las siestas tardías que puedan interferir con el sueño nocturno y establecer una alarma para despertar a tiempo. Mantener una consistencia en los horarios de descanso diurnos puede ayudar al cuerpo a adaptarse a un patrón de sueño más saludable, mejorando así la calidad del descanso tanto durante el día como durante la noche.

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