Sarmiento en las Termas de Rosario de la Frontera

Nuestra región fue testigo de innumerables visitas de célebres personalidades, como lo fue la del Dr. Bernardo de Irigoyen a la “Frontera del Rosario”, donde fue hospedado por la familia Güemes. Esta  había ocurrido en 1885, pero al año siguiente, en julio de 1886, llegó al mismo lugar su adversario político Domingo Faustino Sarmiento, pero no por aquellas razones, sino para buscar alivio a su quebrantada salud en las ya famosas aguas que tienen una termalidad increíble de 99º C, sin parangón en otras similares del mundo. En ese tiempo los baños se tomaban en casillas de madera, puesto que el Hotel Termas (primero de Sudamérica) sería inaugurado en 1896.

Sarmiento no fue muy bien recibido por el presidente del Consejo Municipal, Martín Miguel de Güemes, pues eran como dijimos, enemigos políticos, lo que quedó evidenciado en la fiesta patria del 9 de Julio, como el mismo sanjuanino lo dice: “Ha sido festejada con pompa inusitada, simplemente porque era la primera que se celebraba, y habría eclipsado a las fiestas mayas de otros lugares, si el lord mayor de Rosario, un Tiberio nato, como nos han preparado los federales un Julio Argentino (por Roca), no hubiera puesto embargo y declarado artículo de guerra los chetes voladores que el público termal había comprado, para izar el pabellón argentino sobre el más alto árbol de los que coronan el Acrópolis de las Termas”.

Durante su estadía Sarmiento dejó inaugurada una biblioteca, que luego llevó su nombre, “quedando como síndico de la misma el joven Cornejo”. Esta biblioteca se perdió con el paso de los años, pero quedaron en el acta de su creación las firmas, entre  otras personalidades, de don Adolfo Saldías, historiador con el que comienza la reivindicación de la figura de don Juan Manuel de Rosas, tan combatido por Sarmiento.

A pesar de haber recorrido tantos lugares, Sarmiento nunca llegó hasta la ciudad de Salta, pero se dice que estuvo en Metán, aprovechando su estadía en Rosario. ¿A qué vino a nuestro pequeño poblado de entonces? Como propulsor de las líneas férreas, se dice que vino para agradecer las donaciones de tierras que se hicieron a favor del Ferrocarril Central Norte. Una tradición local afirma que fue hospedado por la familia Cajal, que tenían propiedades en Conchas, habiendo los hermanos Adolfo y Javier donado los terrenos por donde pasaría el tendido de los rieles. En compensación el Ferrocarril le construyó a don Javier Cajal un apeadero con casilla, muy cerca de su finca. También don Enrique Lona había donado los terrenos para la Estación, antes de vender la finca Metán a don Napoleón Poma Fossati, aunque la verdadera propietaria de la finca era doña Petrona Sierra, esposa de Enrique Lona. 

Así fue la estadía de Sarmiento en nuestra Provincia, uno de los personajes más polémicos de nuestra historia. Siempre contará con apologistas o feroces detractores. En realidad fue un hijo de su tiempo, ganado por el liberalismo y el positivismo, que creían en la infalible ley del progreso universal. Eclipsado por Europa, renegó de las tradiciones hispanoamericanas, y como buen masón despreció al cristianismo y al hombre de su tierra, como lo expresa en su tristemente célebre carta al Gral. Mitre, donde le aconseja: “no ahorre sangre de gauchos, porque la sangre es lo único que tienen de humano”. 

Lic. Eduardo R. Poma